Ana de Hoyo, educación infantil en Cork (Irlanda)
Desde niña he tenido el sueño de vivir en Inglaterra o en Irlanda y de estudiar filología inglesa, no sé el por qué, pero siempre me ha fascinado este idioma, su cultura y sus hablantes.
El día 6 de Marzo, comenzó mi aventura. Ese día fue una montaña rusa de emociones. Iba a echar de menos el sol, el calor y a mi familia, pero estaba ansiosa por ver mis primeras reacciones ante el nuevo sitio, conocer amigos nuevos y hablar en otro idioma. También tendría que superar mi miedo al avión y solucionar todos los problemas sola, en otras palabras, supervivir, pero también tendría más independencia y libertad.
Desde que puse el primer pie en Irlanda, supe que me quería quedar allí a vivir. Era la confirmación de algo que realmente no sabía, si de verdad quería vivir allí o solo era un capricho desde mi niñez.
El chico que me ayudó con el alojamiento vino a recogerme al aeropuerto. Ha sido mi hermano mayor, mi ángel de la guarda desde que llegué a Cork y el principio de una historia divertida, familiar, con muchas lecciones de vida y sobre todo una gran amistad. Me acercó hasta su casa y dejamos mi maletas hasta que vinieran mis caseros a recogerme ya que yo viviría en un pueblecito a 30 kilómetros de Cork. Después de esto, me enseñó un poco la ciudad y empezamos a conocernos.
Al final del día vinieron a recogerme mis caseros, una pareja de policías, la cual la mujer esperaba un bebé en Abril. El primer día acabó muy bien. Me sentía un poco extraña pero estaba feliz. Lo que más me extrañó por mi parte desde que llegué allí es que no eché tanto de menos España como pensaba que lo haría, es decir, no echaba de menos casi nada a pesar de tanta diferencia en cultura, idioma… y eso que estaba prácticamente sola y mi fluidez en el inglés no era tan buena como yo pensaba.
Me fuí a Dublín ese fin de semana, visité la ciudad y sus sitios más emblemáticos y tuve la suerte de conseguir ir al concierto de mi cantante favorito allí ya que conseguí las entradas baratas. La ciudad me encantó.
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Una semana después fue mi cumpleaños. El día 17 de Marzo, San Patricio, fiesta nacional en Irlanda. Recordaré este día como el mejor cumpleaños de mi vida. Este día fue cuando conocí de verdad Cork y su gente y a todos mis amigos. La fiesta más divertida y más superlativa que había visto en mi vida. Ese día comenzaron grandes amistades y las historias más divertidas de nuestras vidas.
Las siguientes semanas pasaron, con ellas los interminables días de la semana buscando habitación, y los fines de semana de fiesta y escapadas que eran toda una aventura.
Desde el primer día que entré en la escuela infantil hasta el último me trataron como una más, y me mostraron un cariño increíble. Al principio necesité ayuda de una de mis compañeras, que es española, para saber el funcionamiento de la escuela, los horarios y ayudarme un poco a comunicarme, pero finalmente conseguí adaptarme muy bien en dos semanas. A partir de ahí todo ha ido cada vez más a mejor. De mi relación con mis compañeras ha salido una gran amistad y cuando llegó el último día, no sabía que los niños fueran a llorar y a abrazarme a tal punto de no soltarme. Les cogí mucho cariño en muy poco tiempo.
Y finalmente en los dos últimos meses me fui a vivir con el chico que me ayudó con el alojamiento y una amiga mía, la cual conocí por él y con ello a todos mis amigos y nos volvimos como hermanos. Siempre quise tener hermanos mayores y ellos siempre quisieron tener una hermana pequeña, y es curioso como en un sólo momento la vida puede cambiarte y darte cosas que siempre has querido. En mi caso, vivir en el país donde siempre he soñado vivir, con amigos que son como familia, con amigos para toda la vida y de los que se aprende mucho de ella, con un posible trabajo estable ya que la directora está interesada en llarmarme en un futuro, con el cariño de los niños que es una de las cosas más bonitas que me llevo de la experiencia y por último y lo más importante, un futuro en el que los tendré a todos de nuevo y mi oportunidad de estudiar filología inglesa.
Gracias a esta experiencia he conseguido todo esto, pero también he madurado y he aprendido muchas cosas de la vida personal y laboral, me he hecho más profesional y he mejorado mucho en el idioma. Por mi parte animo a que se haga el erasmus, es una gran experiencia y puede ayudarte a conseguir tus sueños.
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