Laura morales. pcc. Lecce (Italia)
Voy a contar brevemente mi experiencia… Tengo que decir que hubo cosas buenas y cosas malas.
Cuando llegué estaba muy emocionada por comenzar con la experiencia, pero no fue del todo lo esperado… Se suponía que estaría una semana o un poco más en casa de la tutora, pero resultó que tendría que estar hasta el 4 de noviembre en su casa, eso quería decir que pasaría casi todo el tiempo con ella y su familia…
Después de dos semanas insistiendo y con la ayuda de Antonio y Rosario, conseguí encontrar un piso para mí, y días después llegaron otras estudiantes españolas, ahí fue cuando al fin comencé a disfrutar de mi Erasmus.
Iba a las prácticas entre semana, salía con otros Erasmus los fines de semana y con la organización de Erasmus de la universidad hice un viaje a la toscana. Ese viaje fue de lejos la mejor experiencia de todas, los sitios que visitamos fueron fantásticos, valió la pena tantas horas de autobús…
A parte de estar en Firenze, también estuve en Siena, Pisa y en las Cascadas de Saturnia, fue estupendo conocer esos lugares tan distintos entre ellos.
Una vez que llego el 4 de noviembre volví a mudarme con las compañeras de piso, al principio fue muy bien, nos caímos bien y estábamos casi todo el tiempo juntas, hacíamos planes los fines de semana. Hasta que empezaron a haber ciertos problemas en casa que aún siguen sin haberse aclarado…
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En las prácticas en un principio era todo más difícil, porque al ser otro idioma me resultaba muy difícil relacionarme, pero poco a poco fui manejándome mejor en ese aspecto. Con los jefes no era tan fácil, porque se molestaban un poco cuando no entendía algo y no tenían mucha paciencia, pero con las compañeras mucho mejor, ya que me ayudaron muchísimo mientras estuve allí.
Con todo lo que he contado no quiero desanimar a nadie, solo he contado mi experiencia que no tiene que ser la de nadie más, a pesar de lo malo, miro lo positivo que me ha pasado estando allí.
Lo positivo es que he conocido lugares que no hubiera conocido nunca, he descubierto cosas de mi personalidad que no conocía, como que soy más paciente de lo que pensaba, también he aprendido a manejar el dinero de forma más responsable y administrarlo mejor.
Sobre todo he descubierto que no todas las personas de un lugar son iguales, ya que algunos te tratan súper bien y otros por no hablar el mismo idioma te dan un poco de lado, pero son más las personas que te ayudan a que te sientas mejor.
La conclusión a la que llego después de este viaje es que todas las experiencias, buenas y malas te hacen crecer, conocerte más a ti mismo y descubrir que estando lejos sale un instinto de supervivencia que te hace madurar en muchos aspectos. Por lo que sin duda volvería a repetir la experiencia Erasmus aunque claramente cambiaria algunos hechos que pasaron.
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